La periodista explicó en su reciente columna de opinión una supuesta agenda que estaría cumpliendo el uribismo en torno al control de medios de comunicación.
Faltando varios meses para que las elecciones presidenciales se tomen el foco mediático, el uribismo sigue siendo un tema de conversación en todo el país por el tipo de candidatura que podría presentar teniendo en cuenta que ni el presidente Iván Duque, ni el expresidente Álvaro Uribe Vélez, gozan de una popularidad excepcional y que, por el contrario, se encuentran en unos porcentajes de aprobación bastante bajos.
Estando el proceso electoral muy presente en el país, la periodista Cecilia Orozco dedicó una de sus columnas a este tema y decidió enfocarlo en la influencia que los medios de comunicación colombianos en las elecciones y cómo el control de estos no es un tema netamente económico, sino democrático.
Orozco inició su texto hablando de la situación en la que se encuentra el diario El Tiempo, el cual recientemente dejó de estar bajo la dirección de Roberto Pombo. La periodista también menciona cómo el grupo económico de Luis Carlos Sarmiento Angulo compró el 100% de las acciones de ese medio informativo y afirmó que detrás de esos planes existe una nueva dirección periodística.
Esa nueva dirección habría sido el motivo por el cual Pombo habría renunciado a la dirección del diario. Ante los cambios de línea editorial de algunos medios, Orozco habló lo que esto implica en la democracia nacional, pues el control de un medio tienen una gran influencia en la opinión y formación ciudadana al momento de tomar una postura política.
Fue ahí donde habló de cómo el uribismo podría estar detrás del cambio que están sufriendo varios medios de comunicación nacional, explicando que, al tener la suficiente influencia para las elecciones, también pueden evitar un tipo de contenido que podría afectar tanto al grupo económico como al colectivo político.
“Es posible que, a un año de las elecciones presidenciales y en medio del desespero de Uribe Vélez por el temor a perder el control del país, dada la impopularidad de su pupilo Iván Duque y la debilidad política de sus congresistas, esté apretando a sus amigos con la reiterada amenaza del ‘castrochavismo’, risible para los sensatos pero temible para muchos ingenuos”, afirmó Orozco.