Durante una edición de un noticiero, la reportera que se encontraba en la calle fue arrollada por un automóvil ante la vista de miles de televidentes.
Una de las funciones más difíciles de cumplir para cualquier periodista en un noticiero tradicional es el trabajo de reportería, estando siempre expuestos a lo que pueda suceder en la calle. Esto mismo fue lo que sufrió la periodista estadounidense Tori Yorgey, luego de ser arrollada en plena transmisión en vivo.
La joven se llevó el susto de su vida cuando fue atropellada por una camioneta mientras se encontraba dando un reporte sobre la ruptura de un tubo en un sector de West Virginia, Estados Unidos. En ese instante se ve como detrás de ella los trabajadores del lugar hacen desviar el vehículo, el cual gira en dirección hacia la reportera.
Con la orden de los trabajadores del lugar, el conductor de la camioneta sigue el rumbo que le marcaron e impacta a la mujer para luego seguir su camino sin detenerse, llevándosela por delante como si no la hubiera visto o no hubiera sentido el golpe que, tal como muestran las imágenes, fue bastante aparatoso.
“¡Oh, Dios mío! Me acaba de atropellar un carro, pero estoy bien Tim”, se escucha decir a la joven que está en el suelo a su compañero del noticiero. Lo más llamativo de todo fue que la periodista se levantó rápidamente, narró lo sucedido y continuó con su reportaje al aire, razón por la que fue halagada en redes sociales por su profesionalismo.
“Eso es televisión en vivo. Está todo bien. De hecho, también me atropelló un auto en la universidad, así como así, estoy tan contenta de estar bien”, afirmó Tori de forma sonriente y ganándose el cariño de la gente por la forma en que afrontó el incidente y pudo continuar con su trabajo a cabalidad.
Contrario a la respuesta de la gente con la periodista, la reacción del público con su colega, el presentador Tim Irr, fue de completo rechazo. En redes sociales siguen apareciendo mensajes en contra del presentador por su aparente indiferencia ante el fuerte accidente que sufrió su compañero, el cual pareció no importarle.