La columna de opinión en contra del círculo familiar de Vicky Dávila sigue dando de qué hablar, puesto que las acciones legales tomadas por lo contenido en el texto no da espacio a una conciliación.
Gran polémica se ha generado en el país luego de la publicación de la columna “La banda de los Gnecco”, escrita por el activista político Gener Úsuga, quien en respuesta a la reciente publicación de Vicky Dávila, “La banda del pajarito”, decidió recordarle varios escándalos en los que está envuelto el suegro de la periodista, Lucas Gnecco.
Sin embargo, Dávila denunció la publicación debido a que se hace mención del nombre de su hijo menor de edad, algo que para la periodista fue considerado como una agresión directa a su familia, por lo que decidió entablar acciones legales contra Úsuga por la manera irresponsable en la que trató su información personal.
Ante lo comentado por Dávila, Úsuga decidió publicar 2 videos en su cuenta de Twitter explicando cómo se desarrolló todo, afirmando haberle pedido disculpas a Vicky Dávila luego de percatarse de la mención, añadiendo que en ningún momento se trató de exponer a la identidad de su hijo, sino que fue un error en la transcripción del documento que usó de base, por lo que afirmó además haber hecho las correcciones pertinentes.
Sin embargo, Úsuga también comentó cómo las acciones legales en su contra por parte de Dávila persisten, comentando que al no contar con recursos económicos para pagar un abogado estará pendiente de cómo se desenvuelve el hecho, pero sí dejó claro que, aunque la mención del menor de edad era algo que debía ser corregido, la idea central de su texto las sigue defendiendo, ya que el clan Gnecco del que hace parte la familia del esposo de Dávila, es gente que debe pagar por distintos crímenes de los que se les acusa en la costa caribe.
El periodista comentó además que, debido a la persecución que ha tenido su familia, actualmente se encuentra en exilio, por lo que afirma que si estuviera en Colombia estaría muerto. Úsuga finalizó los videos afirmando que si se quiere llegar a la paz se requiere que no solo se denuncie al expresidente Álvaro Uribe Vélez, sino también a las miles de familias que se han hecho con el poder político de sus regiones.