La crisis generada por la migración venezolana y el aumento del desempleo en el país ha llevado a la precarización de miles de mujeres.
Pasado un día de celebrarse el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el balance entregado por algunos estudios sobre este tema muestra un nuevo fenómeno que se está presentando en el país, el cual afecta enormemente a las miles de mujeres venezolanas que han llegado a Colombia en los últimos años, producto de la migración masiva de ciudadanos de la nación vecina.
Por medio de un estudio titulado ‘Dinámicas laborales de las mujeres migrantes venezolanas en Colombia’, se mostró cómo la crisis laboral que existe en el país, que se agudizó aún más durante el 2020 a causa de la pandemia, está impactando las migrantes, quienes, además de tener menos oportunidades laborales, estarían siendo sometidas a jornadas extenuantes y muy mal remuneradas.
La información fue presentada por la organización Cuso Internacional Colombia, el cual contó con el apoyo del gobierno de Canadá y fue publicado por varios medios nacionales el día de ayer en torno a la celebración del día contra la violencia hacia la mujer. Los datos que ahí figuran muestran cómo la situación laboral de estas trabajadoras se ubica en su mayoría dentro de la informalidad, dejándolas por fuera de cualquier tipo de protección social.
“Si bien este fenómeno también afecta a las mujeres colombianas (60%), el impacto es mucho mayor para las provenientes del país vecino (91,1%)”, advierte el informe de Cuso International, mostrando la desigualdad que existe en el mismo género por la misma segregación que viven los venezolanos en el país.
La información ha encendido las alarmas entre miles de ciudadanos y organizaciones que buscan la protección de la mujer, pues ya habiendo un nivel de calidad de empleo bastante precario para la mujer colombiana, las condiciones en las que son empleadas las migrantes llegan a un 50% menos de condiciones dignas.
Sobre esa crisis, el director de Cuso Internacional en Colombia, Alejandro Matos, señaló que esta crisis se viene arrastrando desde hace un par de años, señalando que las mismas condiciones en las que suelen llegar del vecino país y la carga con la que cuentan al proveer a su familia hace que su contratación en empleos formales sea aún más complicada.
“Tanto las mujeres colombianas como las venezolanas están rezagadas en cuanto al acceso de un empleo formal y digno. No obstante, dadas las circunstancias en que llegan las mujeres provenientes del país vecino, sin recursos económicos y redes de apoyo, se enfrentan a mayores barreras para ingresar al mercado de trabajo”, comentó Matos.