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“Mi hija no para de llorar”: Médico intimidado con coronas fúnebres dejará de trabajar

El lamentable episodio del que fue testigo toda Colombia el día de ayer, la denuncia de un médico que está siendo amenazado de muerte, habría logrado que el profesional se retire de su oficio.

Las redes sociales estuvieron inundadas ayer de la misma imagen, una fotografía del médico intensivista José Julián Buelvas, quien llevaba consigo una corona fúnebre como símbolo de las amenazas en su contra, pues al parecer personas lo estarían culpando de “haber dejado morir” a pacientes que estuvieron internados en el hospital Materno Infantil Adela de Char.

El centro médico ubicado en el municipio de Soledad (Atlántico), pese a solo contar con la presencia de Buelvas como médico en la unidad de cuidados intensivos, tendrá que buscar cómo manejar las pacientes en los próximos días pues, según ha advertido el médico amenazado, no piensa volver a la clínica debido a las amenazas en su contra.

Así lo manifestó el profesional, quien fue entrevistado por Blu Radio en la mañana de hoy, donde se le preguntó, aparte de las situaciones que generaron las amenazas, el estado en el que se encuentra su familia luego de conocer de las amenazas de muerte y sus planes respecto a su vida profesional que de momento se han visto truncadas.

Buelvas fue claro en expresar el difícil momento por el que atraviesa toda su familia, comentando que desde que empezó a recibir las coronas fúnebres y los mensajes intimidatorios su esposa ha dejado de dormir, que su hija mayor pasa los días llorando y que entre todos han tenido que fingir que no sucede nada para no angustiar a su hijo menor, que aún no está en edad para lidiar con ese tipo de problemas.

Fue así como el médico decidió no volver a la clínica Maternoinfantil, afirmando que solo trabajará en la clínica La Asunción de Barranquilla, en la cual también debe lidiar con pacientes con coronavirus, aunque su presencia en el centro médico no es tan necesaria como en la clínica de Soledad.

“No voy a regresar a Soledad. Yo soy el único intensivista presencial con que cuenta esa clínica en este momento; pero mi familia, como ustedes entenderán, está totalmente devastada en este proceso. Es imposible darles una angustia más”, concluyó Buelvas.