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“Me tumbaron los dientes”: Joven de 16 años denunció brutalidad policial

Según el relato de los familiares de la víctima, el menor de edad estaba intentando comprar una boleta para un partido de fútbol, cuando fue atacado por los uniformados.

El pasado miércoles 23 de febrero, fecha en que el Deportes Tolima se coronó campeón de la Superliga de Colombia, un joven de apenas 16 años fue víctima de una agresión a manos de varios uniformados cuando se dirigía a las taquillas del Estadio Manuel Murillo Toro a comprar las boletas para disfrutar del partido como cualquier hincha.

Según contó la hermana de la víctima, uno de los golpes le destruyó la dentadura por completo al joven, mientras otro le causó una herida en la frente muy grave. Por tal razón, ya existe una investigación disciplinaria al interior de la Policía, mientras la familia queda a la espera de lo que puede significar eso en un futuro.

Algo que destaca del relato de Leidy Paola Bocanegra, fue lo fuerte del ataque contra su hermano, pues aún se encuentra en recuperación y tendrá que someterse a un costoso tratamiento odontológico para recuperar los dientes, ya que prácticamente no puede hacer uso de su boca para poder comer.

La hermana narró a varios medios locales que aproximadamente a las 3:30 p.m. de ese día, el menor se dirigió a las taquillas del Estadio Manuel Murillo Toro en compañía de un primo, para adquirir las entradas al partido de manera presencial debido a que la página web estaba colapsada, pero, tras comprar la boleta, fueron requeridos por varios uniformados de la Policía Metropolitana de Ibagué para una requisa.

Luego de verificar que ninguno de los requisados portaba armas ni alucinógenos, una de las agentes que estaba realizando el procedimiento, le ordenó al hermano de Leidy que se tendría que quedar por ser menor de edad.

Ante esa situación y en vista de que lo iban a dejar allí mientras sus padres iban a recogerlo, le joven le dijo a su familiar que se adelantara, que él lo alcanzaría después y en un descuido de los uniformados, intentaría escapar. Dicha imprudencia hizo que varios uniformados lo persiguieran para luego propinarle una fuerte golpiza que no corresponde a lo ocurrido.

Gracias a la intervención de los vecinos, lograron detener los golpes de los policías y evitar que se lo llevaran, llamando a sus padres y contándoles del ataque del que había sido víctima su hijo.