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La historia desconocida del director del portal seguimiento.co, denunciado recientemente por extorsión

Polo Díaz Granados es un joven comunicador social samario que comenzó a ejercer el periodismo digital, después de que se graduó en una universidad, en varios medios, entre ellos el portal zonacero.com de la misma capital atlanticense.

En el año 2015 fue contratado por La Silla Vacía, otro portal con mayor resonancia a nivel nacional, para que adelantara una serie de investigaciones sobre el poder político en el Caribe, no obstante, abandonó ese encargo periodístico a los tres días de haber sido contratado, aduciendo que se le “había perdido” la vocación periodística.

Para la directora de La Silla Vacía, aquel episodio le resultó extraño y más el motivo que argumentó el joven comunicador social, por lo que escribió en su portal no solamente ese raro caso con el reciente periodista contratado, sino también otros hechos extraños que le sucedieron al portal, cuando incursionaba por primera vez en el Caribe.

Este medio corroboró que esa vez en que lo contrataron, le habían encargado a Polo Díaz Granados escribir sobre políticos como los Char y los Cotes, pero abandonó la tarea periodística y su nuevo empleo, a los tres días de comenzarlo, con el argumento de que se le “había perdido la vocación periodística”.

Pero pocos días más tarde, en La Silla Vacía, conocieron que el joven periodista había empezado a trabajar en otro portal, lo que les pareció más extraño, pues con ello se demostraba que no era cierto que había “perdido la vocación periodística”.

Para el entonces, Juanita León escribió: “En los seis años que lleva La Silla de existencia, nunca nadie nos ha intentado intimidar. Ni siquiera una amenaza velada en Twitter. Sin embargo, llevamos una semana al aire con La Silla Caribe y desde que montamos oficina allá nos han pasado tantas cosas inéditas que hemos entendido en carne propia lo difícil que le toca a los periodistas regionales que buscan hacer periodismo independiente.
En menos de dos meses, uno de los periodistas que contratamos abandonó el cargo en circunstancias extrañas, han emprendido campañas de desprestigio en las redes sociales, cuando llegamos a entrevistar a una fuente ésta ya sabe previamente para qué lo buscamos y, por último, atracaron a mano armada a la editora de La Silla Caribe en un episodio que podría no ser solo delincuencia común”.

Y con relación al joven comunicador contratado, se refirió: “Lo primero que nos pasó es que cuatro semanas antes de salir al aire contratamos a un periodista de la región que había sido recomendado por tres personas en cuyos criterios confiamos. Lo contratamos, además, porque decía estar ávido de poder contar todo lo que hasta el momento había tenido que callar por la censura que, a su juicio, existe en la región. Su primera tarea fue hacer reportería sobre el poder ascendente de unos personajes de la región. Tres días después de empezar a trabajar, el periodista no apareció por la mañana. No llamó por la tarde. No contestaba el celular. Se había evaporado. Afanados de que le hubiera pasado algo, contactamos durante todo el día a la gente que lo pudiera conocer. Finalmente mandó un correo diciendo que abandonaba el puesto porque había perdido la “vocación periodística”. Y al día siguiente a un mensajero con el computador y el celular que le habíamos facilitado. Ahora sabemos que a los pocos días recuperó esa vocación porque comenzó a trabajar en otro medio digital, curiosamente afín a los personajes sobre los que estábamos escribiendo la historia. Lo sabemos porque una nota suya apareció unos días después firmada en la página de Facebook del medio. La reportería para esa historia ha sido sorprendente porque al menos cinco fuentes a las que hemos llegado a entrevistar sobre este poder conocían previamente el motivo de nuestra entrevista. Nosotros les contábamos para qué los llamábamos y, una vez reunidos, nos decían que ya sabían porque los personajes estaban preguntando qué averiguaciones estaba haciendo La Silla sobre ellos”.

MÁS CASOS

Pero aquel joven comunicador no solo ha estado envuelto en ese extraño caso de “pérdida periodística” por unos días. También estuvo involucrado en un bochornoso episodio con un alcalde interino impuesto por el gobierno nacional, al inicio de la batalla campal que el presidente Iván Duque comenzó en contra de Carlos Caicedo por no ser de su misma corriente política. Nos referimos al ex secretario de transparencia, Andrés Rugeles y con quien el joven periodista Polo Díaz Granados, en un intento de pescar en río revuelto, lo invitó insistentemente a almorzar, a fin de “limar asperezas” y “cuadrar” presuntamente algunos contratos publicitarios, para una buena imagen del alcalde nombrado por el presidente Duque. Ese bochornoso episodio periodístico se conoció por el mismo alcalde Rugeles, quien hizo público los chats por Whatsapp que sostuvo con el avispado nóvel comunicador, publicándolos en su estado.

De la misma manera, el director de seguimiento.co se vio más tarde envuelto en otro escándalo que fue revelado por varios medios y portales de la ciudad de Santa Marta, cuando se publicaron millonarios contratos suscritos entre la gobernadora de entonces, Rosa Cotes y él, por más de 250 millones de pesos, para ser pagados en ocho meses, el año en que el sobrino de la mandataria, Luis Miguel Cotes Habeych, aspiraba por segunda vez a la Gobernación, enfrentado al actual mandatario departamental.

Pero el más reciente hecho bochornoso en que se ha vuelto a hallar involucrado el periodista, que le ha terminado de restar más credibilidad, tiene que ver con una denuncia por extorsión que el exalcalde de Santa Marta, Alejandro Martínez, le interpuso en días pasados.

Martínez aseveró que al no ceder a seguir pagando con sus propios recursos para no ser calumniado, ni a recibir ataques en contra de su familia, ha sido víctima de una campaña de desprestigio en su contra por parte del medio www.seguimiento.co, en cabeza de su director. Las calumnias, según Martínez, también se extendían contra la alcaldesa de Santa Marta, Virna Johnson, el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo y varios miembros del movimiento Fuerza Ciudadana.

«Desafortunadamente caí a sus presiones y cuando no pude sostenerlas emprendió esa campaña que no para, ya puse la denuncia penal y aportaré los chats muchos que tengo en mi WhatsApp y testimonios de personas que saben lo qué pasó para que sea la justicia la que determine si tengo o no la razón”, escribió como respuesta en su cuenta de Twitter, Rafael Martínez.

“Mi tema no es contra el periodismo ni contra los periodistas ni contra sus investigaciones, es contra lo que raya abierta y descaradamente en una persecución, en hostigamiento, todo porque no le mantuve la cuota mensual que me exigía”, afirmó el exmandatario.