El video, que fue grabado con un formato de cámara oculta, muestra la reacción de un uniformado ante la presencia del supuesto habitante de calle que le pidió ayuda.
Como ya es tendencia en redes sociales desde hace años, los influencers y creadores de contenido para internet siguen usando el formato de cámara escondida para grabar la reacción de las personas en distintas situaciones. En este caso, dos jóvenes decidieron hacer un experimento social para captar la reacción de algún policía frente a una evento que tenían previamente planeado, en la cual una mujer insulta a un supuesto habitante de calle.
Con esa idea en mente, los jóvenes salieron a la calle hasta encontrar a un uniformado que se encontraba en una tienda. El joven, con ropa rota y fingiendo ser un reciclador, entra a una panadería y pregunta por el precio de un pandebono, para luego interactuar con los policías, a los que le pide una colaboración con algo de dinero para poder comprar algo de comer.
En ese momento se da el primer buen gesto de uno de los policías que tomaba una merienda y que le respondió: “pida lo que necesite que yo lo pago”, invitando al joven “reciclador” a sentarse junto a ellos. Segundos después entró a escena la compañera, que ingresó al comercio y fingió estar incómoda por la presencia del supuesto habitante de calle.
“¿Qué es esta mierd…? ¿Por qué pone eso ahí? ¿Usted lo va a defender? ¿Por qué tiene que defender a esa gente así? ¡Cuál ser humano, vea eso! No tiene por qué defender a esa gente así”, dijo la mujer haciendo su papel de agresora, a lo que el uniformado de manera cortés pero muy tajante la encaró.
“No tiene la necesidad de ser grosera. Pídale el favor. ¿Cómo así que esa gente así? Esa gente también son seres humanos, normal. Trabajo es un trabajo, así se recicle, es un trabajo. No sea grosera. Él no tuvo la posibilidad de crecer en un hogar como el que usted tuvo, no sea grosera”, respondió el Policía.
Después de ese tenso momento, el joven le reveló al Policía que estaba siendo grabado y que todo se trataba de un experimento. “Papi, la verdad me dejó sin palabras, yo pensé que la reacción iba a ser otra”, le dijo el supuesto habitante de calle al agente. Al final, el policía insistió en pagar la comida que inicialmente había pedido el supuesto ofendido y envió un mensaje contra la discriminación.