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El crimen apagó un sueño: Jóven atleta olímpico fue asesinado a tiros en la calle

La tragedia tiene consternada a la familia y vecinos del atleta, a quien, por culpa de la delincuencia, le fue truncado su sueño de crecer como deportista.

La triste historia tiene como protagonista al velocista ecuatoriano Álex Quiñónez, dueño de la mejor marca de su país en 200 metros planos y quien fue atacado con arma de fuego en Guayaquil por un supuesto asalto; aunque también se baraja un cruce entre criminales de la zona, arrebatándole la vida por quitarle lo que tenía encima, dejando a su familia y a toda una nación de luto.

El crimen fue registrado cerca de la medianoche de este viernes 22 de octubre, cuando el atleta y otra persona que se encontraba junto con él en la calle murieron tras un ataque a bala del que nada tenían que ver, pero que por estar en el momento y el lugar justo terminaron siendo las víctimas.

Quiñónez ha sido reconocido como uno de los atletas ecuatorianos con mayor proyección a futuro, formando parte del equipo de atletismo del FC Barcelona de España, además de participar de manera regular en los distintos campeonatos de clubes que se realizan en suelo ibérico cada año.

Quiñonez es ecuatoriano nacido en la costera localidad de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, y que hoy deja un vacío en su país. Respecto a los logros conseguidos como deportista, el atleta olímpico fue medallista de bronce de los 200 metros del Mundial de Doha, Catar, 2019 con un registro de 19,98 segundos, detrás del estadounidense Noah Lyles (19,83) y el canadiense André De Grasse (19,95).

Sin embargo, la mejor marca conseguida en su carrera dentro del mundo del atletismo teniendo como contextura los 1,76 metros de estatura y 65 kilos de peso fue el haber alcanzado los 19,87 segundos en los 200 planos en la reunión de la Liga Diamante de Lausana, Suiza, también en 2019.

Tras ser finalista en los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, cuando logró el séptimo lugar, Quiñónez dejó por un tiempo el atletismo. Pese a su pausa, el atleta regresó a los entrenamientos en 2017 apuntando a una medalla en Tokio, pero no pudo participar en esa cita por no poder notificar a tiempo su paradero para el control antidoping.