La deportista colombiana fue viral luego de llorar de forma desconsolada tras ser eliminada de la competencia, pero su llanto era por razones mucho más complejas.
Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, siguen haciendo vibrar a millones de personas en todo el mundo, pues, además de ver espectaculos de primer nive, se han dado a conocer miles de deportistas y sus historias, las cuales no suelen ser perfectas, especialmente para los que hacen parte de delegaciones de países más pequeños y de poca inversión en el deporte, como el caso de Colombia.
Una de las historias más tristes fue protagonizada por Yeni Arias, una deportista olímpica que hizo parte de la delegación de la tricolor como participante del boxeo peso pluma, pero que, tras perder en los cuartos de final, no pudo evitar romper en llanto, a lo que muchas personas terminaron conmovidas pero sin saber las razones reales del dolor de la deportista.
Tras perder contra la participante de Filipinas, Nethy Petecio, la boxeadora colombiana fue entrevistada en medio de lágrimas para conocer que había pasado, explicando que su llanto no fue por no alcanzar la medalla olímpica, sino porque necesitaba el dinero para poder pagar un tratamiento médico para su papá, quien recientemente quedó inválido, asegura do que la EPS que los cubre no le ha realizado un tratamiento adecuado.
No obstante, pese a perder la pelea para pasar a la siguiente ronda, la imagen de Yeni con lágrimas en los ojos conmovió a todo el país y consiguió que una gran cantidad de personas se pusieran en contacto para poder ayudarla a a ella y a su papá. Uno de ellos fue el ministro del Deporte, Guillermo Herrera, quien dispuso de un médico para examinar de forma detenida al padre de la boxeadora.
De igual forma, la Clínica Loe Rosales, de la ciudad de Pereira se puso en contacto con el hermano de la boxeadora y afirmaron que la entidad médica se encargará de realizar el tratamiento sin cobrar un solo peso. “Cuando nos enteramos de la noticia, inmediatamente todo nuestro equipo se dio a la tarea de saber que podíamos hacer y nos comunicamos con Milton, el hermano de Yeni”, aseguró John Quevedo, gerente de la clínica.