Denuncias hechas por fabricantes de elementos médicos advierten sobre la poca higiene con que se estarían tratando gran parte de los tapabocas que se venden en el país.
La Procuraduría General de la Nación advierte cómo varias denuncias realizadas por la Asociación de Fabricantes de Dispositivos Médicos, dan fe sobre la venta de tapabocas en el país, cuyo almacenamiento y distribución estarían violando todos los protocolos de seguridad y comprometiendo el estado de los productos a ser contaminados por plagas para luego ser vendidos al público sin ningún tipo de control.
Por medio de un comunicado oficial, la Procuraduría menciona la denuncia recibida por la asociación, quienes detallan la forma en que algunos lotes de tapabocas que están siendo importados de Asia, junto con otros de fabricación nacional, están siendo almacenados en lugares con grandes niveles suciedad, expuestos a varios tipos de animales y con una alta probabilidad de ser vendidos aunque ya no sirvan.
Debido a las preocupaciones que causa la denuncia, el Ministerio Público envió una carta a Julio Cesar Aldana, director del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), advirtiendo que los productos señalados están siendo comercializados con total libertad y circulando por gran parte del país.
Entre las preocupaciones señaladas en la carta, la Procuraduría le advierte a Aldana que los tapabocas importados podrían tener hasta 43 tipos distintos de bacterias, hongos y heces animales, que no solo hacen inutil su uso para protegerse del Covid-19, sino que además ponen en peligro a las personas que lo usen con otro tipo de afecciones respiratorias y de otras clases.
Ante los peligros que representa para la salud el uso de estos productos, se espera que el Invima adelante todo tipo de estrategias de inspección, vigilancia y control sanitario en los tapabocas, cuyo uso se ha convertido en una necesidad básica de la población y del cual no se está teniendo el rigor en su calidad como debería tener, teniendo en cuenta la coyuntura actual.
“Las malas prácticas de la fabricación, importación, y comercialización de tapabocas aunado a la presunta falta de vigilancia de estas actividades, podría desencadenar el contagio de otras enfermedades y no garantizar la protección ante el covid-19, poniendo en riesgo la vida de los colombianos”, finalizó la Procuraduría en su comunicado ofical.
