El video publicado por la senadora, en la que un grupo de jóvenes explican el porqué brindan su apoyo, sigue generando críticas, sobre todo en el tema del porte legal de armas en el país.
Sigue la discusión y división de opiniones en redes sociales luego de viralizarse un video en el que se ve a varios jóvenes que dicen apoyar a la precandidata presidencial por el Centro Democrático, María Fernanda Cabal. Los jóvenes en cuestión se presentaron a sí mismos como ‘Soy Joven Cabal’, concepto que los define como un “equipo de juventudes de la senadora con un proyecto de coherencia por Colombia”, según sus propias declaraciones.
Al igual que cualquier opinión dada por la senadora Cabal, el video fue blanco de críticas, todo debido a la fuerte polémica generada por la posición del equipo al considerar que se debe permitir el porte legal de armas en Colombia, un tema muy delicado debido al alto índice de criminalidad que existe en el país.
El punto fue tocado por uno de los integrantes dijo “soy joven Cabal porque creo en el porte de armas”, mientras que los demás miembros lanzaron ideas como “reducir el Estado”, “incentivar la propiedad privada”, “el emprendimiento” y el “apoyo a las Fuerzas Militares y la Policía Nacional”, ideas también defendidas por la senadora pero que no generan tanta polémica como el primer punto mencionado.
Como era de esperarse con alguna polémica causada por la congresista, las críticas no se hicieron esperar. Desde Twitter, cientos de usuarios lamentaron el pensamiento de los jóvenes y condenaron que “normalicen” la propuesta del porte legal de armas en un país tan violento como lo es Colombia.
Es importante tener claro que la senadora y actual precandidata del uribismo ha sido partidaria de legalizar este elemento ante la ola de inseguridad que atraviesa el país. “El porte legal de armas es poder ejercer nuestra legítima defensa. ¡Mi vida también vale!”, expresó la congresista en Twitter. Sumado a ese comentario publicó “quien delinque sabe que no lo hace con un arma legal y sabe que el otro está desarmado. El problema no son las armas en sí, sino quién las usa y para qué”.
